No soy un votante asiduo del PSOE, nisiquiera voto desde hace mucho, solo puedo decir que en el rango de posiciones políticas podría situarme en la izquierda nacionalista moderada. Si bien es cierto, yo votaré PSOE. ¿Por qué? Por varios motivos, quizá no sean los más inteligentes, ni los más razonables, pero sin duda si ha sido una elección muy meditada. He intentado no dejarme llevar por los derechos que ahora tengo y hace cuatro años no tenía, he pensado en la economía, en las oportunidades, la educación, la seguridad... y a pesar de, repito, no ser militante del PSOE, esta vez me decanto por ellas y ellos, porque han demostrado ante todo ser personas, porque veo en los ojos de sus candidatos a personas que velan por el bienestar de su país, de mejor o menor manera, pero sin duda con honestidad... ¿Estoy engañado? Posiblemente, ya todos sabemos como son los políticos, pero el sentido común ha funcionado en el desarrollo y la evolución humana desde todos los tiempos, y siempre que me he dejado llevar he obtenido resultados positivos. No tengo nada negativo que decir de este partido, estos cuatro años han sido mejores para mi que los otros ocho, y mi voto, es mio. Me siento orgulloso de haber llegado a esta conclusión de la misma manera que me sentiría orgulloso de querer votar a cualquier otro partido tras pensarlo detenidamente. No me siento alienado y como todos los años tengo muchas ganas de ir a las urnas y de que gane el partido que me trate igual que a cualquier otra persona de España, que me ofrezca los mismos derechos, porque para mi, la igualdad, es lo primordial.