A = A "A" = ¿A?
Sucede que a veces tomamos decisiones que son lo suficientemente fuertes como para que no nos afecten sus consecuencias. Esas decisiones son claves para construir una filosofía de vida sólida y sin remordimientos. Pongamos que hoy no me apetece estudiar, y no lo hago, porque tomo la decisión de no hacerlo y de que si eso repercute negativamente a mi vida académica lo asumiré así, ya que es así como he querido que fuese. Pues bien, eso es una decisión coherente, con su correspondiente conducta afin y sus claras (o no tan claras) consecuencias, pero que serán aceptadas como tal, asumiendo que soy una persona adulta que toma el camino que desea.
Ahora bien, hay decisiones que a pesar de tomarlas, se balancean entre escuálidos hilos, que no sabemos bien en quién y como repercutirán, tan siquiera sabemos si podremos llevarlas a cabo sólidamente, ni si queremos, ni si serán lo mejor. Nos hacen dudar, tambalearnos y no asumimos sus consecuencias como propias, asociamos estas a hechos exentos de culpa, propios del contexto o por el contrario a retazos inherentes a nuestro destino o personalidad. Por exceso o por defecto nunca, NUNCA, asumimos el fin como nuestro cuando las decisiones no son firmes y seguras. Para una persona confiada y firme es facil vivir eligiendo caminos, pero para alguien que casi nunca sabe muy bien por dónde tirar, el sendero se transforma en una prueba de obstáculos en dónde caerse no significa aprender, pues no ha sido culpa suya, o por el contrario fue algo inevitable.
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Espiral no tan privada
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2 comentarios:
Olas¡ Todas las decisiones, mientras salgan de nosotros mismos, tienen consecuencias, y estas deben ser aceptadas, buenas o malas, sin exculparse a uno mismo. Eso se llama ser consecuente, creo. Y es algo muy difícil de alcanzar, o lo llevas de carácter o nada... a mi ya me lo enseñaron de pequeñito. :) Pero weno, de decisiones se hace la vida, buenas, malas, acertadas, erradas, dolorosas, válidas, que no valen un duro,etc. Pero al fin y al cabo son eso... decisiones que una a una, cuales piedras, van conformando el camino de tu vida. :) Besitos wapo¡
qué decir? Puede que las decisiones sean equivocadas; puede que no te enseñen nada; puede que ni siquiera sean propias; pero sí indican dos cosas: que estás madurando y que estás viviendo, que no eres un mero espectador de tu vida. Eres el actor principal. Sonríe porque eres capaz de tomar decisiones... aunque estén erradas. Es mejor eso que la indecisión y no saber qué es lo que quieres... ¿Sentirte responsable de tus decisiones? Sí. Tus acciones y decisiones son tuyas y de nadie más... Pero no tienes que sentirte culpable por ellas. En ese momento te parecieron la mejor opción. Tal vez todavía haya tiempo para corregir un error... Nunca se sabe. Besos
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