Esta es la historia de un chico que no existe, un chico que se hacía llamar como quisieras, como el mundo le pusiese... vagaba por la ciudad con su pseudónimo de la mano, explorando cada detalle, descubriendo miradas. ¿Quién era? Podría ser cualquiera... eso era lo que lo hacía especial, la constancia de ser cualquiera... de ser ilusión, aire, aparición, fantasma, amor, cualquier cosa que a la gente se le pasase por la cabeza... y a la genté se le pasó de todo. Lo único que consiguió fue crear magia, esperanza, ilusión , juego. Y cada persona que lo admiraba tiraba los dados, sacaba el paraguas y jugaba y a la calle, en busca del Don Nadie, de cualquiera. Y de repente los ojos de todo el mundo se tornaban diferentes, cristalinos... él estaba en todo el mundo, en cada persona, cada paso y sin haber pasado por la vida de nadie, sin un nombre, sin una cara, sin una letra, nada... solo lo que tu quisieras, lo que deseases esa mañana. Era la felicidad de ser aquello que necesitabas en el preciso instante en que lo necesitases.

A un Tonto... un tonto desaparecido.