En una semana he conseguido recorrer parte de la ciudad para seguir recordando y reconciliandome con ella. He tomado café, té, postres, cenas, comidas... He visitado la playa y el puerto. He quedado con mis amigas de la infancia. Vestido de traje, caminado por la calle Real con música, La Marina, Orzán, Riazor, La Torre, San Andrés... He visto a coruñeses arrastrar los pies, la estación de tren y de autobuses. Mis pasos. He caminado delante de mi colegio y detrás de los parques que frecuentaba. El Rastro (que si existe). Me he comprado comics de Liniers y de Quino, pantalones a cuadros, pollo asado. Cocinado sin fuego, dormido sin almohada. He ido a votar, he visto al señor que mueve la bandera del PP insistentemente antes de la calle Real. Que los coruñeses saben muy poco gallego y que el mundo de las empresas es bastante... snob. He atendido el teléfono, recibido gente, hecho entrevistas y pasado test psicométricos, cribado "curris" y descubierto como le llaman a los curriculums la gente que "sabe" de eso.

El tiempo pasa rápido, y ahora, quiero bailar :)